Si sabemos que la prensa miente..., ¿por qué nos seguimos informando?; o léase: si sabemos que la comida de Mc Donalds es pura chatarra, ¿por qué la consumimos igual? Si a la larga las marcas terminan en la misma confección de los mismos talleres clandestinos, ¿por qué nos empecinamos tanto en buscarlas y, lo que es peor, pagarlas? ¿Por qué lo negro es malo y lo blanco bueno? ¿Por qué la corrupción no afecta a los bancos y a los privados? ¿Por qué, por qué, por qué? Porque, indudablemente, opera la IDEOLOGÍA, los mecanismos ideológicos hacen que no veamos las cosas claras y lo que es más lamentable: que disfrutemos de ello... Por eso vale bien preguntar, como decía Muhammad Ali, ¿por qué Dios es blanco?
Que se
Entiende por Ideología
La
expresión «falsa conciencia» (falscheBewutseins) es utilizada, no definida, por Marx y
Engels en el contexto de sus análisis de las «ideologías», tal como ellos las
entendieron (en oposición, por cierto, a como las entendía Desttut de Tracy): «La ideología es un
proceso realizado conscientemente por el así llamado pensador, en efecto, pero
con una conciencia falsa; por ello su carácter ideológico no se manifiesta
inmediatamente, sino a través de un esfuerzo analítico y en el umbral de una
nueva conyuntura histórica que permite comprender la naturaleza ilusoria del
universo mental del período precedente» (Carta de Federico Engels a Mehring de
14 de junio de 1893). Carlos Marx entendió las ideologías como determinaciones
particulares, propias (idiologias) de la conciencia, no como
determinaciones universales, al modo de Desttut de Tracy. Y no sólo esto:
particulares o propias, no ya de un individuo, sino de un grupo social (en
términos de Bacon: idolafori, no idolaspecus). La gran
transformación que Marx y Engels imprimieron al problema de las ideologías, consistió
en haber puesto la temática de ellas en el contexto de la dialéctica de los
procesos sociales e históricos, sacándolas del contexto abstracto, meramente
subjetivo individual, dentro del cual eran tratadas por los «ideólogos» y,
antes aún, por la «Teoría de las Ideas Trascendentales» de Manuel Kant. Las
ideologías, según su concepto funcional, quedarán adscritas, desde Marx y
Engels, no ya a una mente (o a una clase distributiva de mentes subjetivas),
sino a una parte de la sociedad, en tanto se enfrenta a otras partes (sea para controlarlas, dentro del
orden social, sea para desplazarlas de su posición dominante, sea simplemente
para definir una situación de adaptación).
Lo que
caracteriza, pues, la teoría de Marx y Engels, frente a otras teorías de las
ideologías, es el haber tomado como «parámetros» suyos a las clases sociales
(«burguesía» frente al «proletariado»); pero también pueden tomarse como
parámetros a otras formaciones o instituciones que forman parte de una sociedad
política dada, profesiones (gremios, ejército, Iglesia). Es el sistema de
representaciones del mundo (filosofía, religión, derecho, moral, arte) que
utiliza la clase dominante para legitimar su posición privilegiada frente a las
clases oprimidas. En sociología se llama ideología a todo conjunto más o menos
sistemático de creencias que intentan explicar al hombre y el mundo, a la vez
que orientar su conducta a partir de ciertos valores aceptados como correctos.
En este sentido general, toda teoría del mundo es una ideología: lo es tanto el
punto de vista reaccionario como el conservador, tanto el progresista como el
radical (incluido el propio marxismo). En todas las sociedades encontramos
teorías del mundo o ideologías puesto que, como señaló Engels, “todo
lo que mueve a los hombres tiene que pasar necesariamente por sus cabezas”.
Pero el marxismo añade a este concepto general las siguientes peculiaridades:
a) entiende
la ideología de un modo tan amplio que acaba identificando ideología con
cultura; en la Crítica de la Economía Política nos dice Marx que la ideología
abarca la filosofía, religión, derecho, moral, arte y (sugiere) hasta la misma
ciencia;
b)
las ideologías no describen al hombre y su situación en el mundo y la sociedad
de un modo correcto, sino de un modo deformado, falso;
c)
esa deformación en la descripción del hombre es consecuencia del interés de la
clase dominante por mantenerse en su situación de dominio; como nos dice Marx
en La Ideología Alemana: “las ideas de la clase dominante, son,
en todas las épocas, las ideas dominantes”. La clase dominante dispone de los
medios de producción material, pero también del control y producción de los
bienes espirituales, de la producción de la cultura, por lo que las ideas que
en una sociedad triunfen serán las que la clase dominante quiera que dominen;
d)
las ideologías son un “producto social”: los pensamientos de los hombres son
consecuencia de la sociedad en que viven, particularmente del orden económico
vigente;
e) como
resultado de la tesis anterior, las distintas formas de ideología (filosofía,
religión, derecho, moral, arte) no tienen historia ni desarrollo propio; esto
quiere decir, por ejemplo, que una historia de la filosofía que explique los
distintos sistemas filosóficos a partir de los problemas y las soluciones que
los filósofos han presentado (una historia “interna” de la filosofía) es una
mala historia de la filosofía; la “buena” historia de la filosofía debe mostrar
la relación entre los sistemas filosóficos que aparecen a lo largo de la
historia y las circunstancias económicas de las que son un reflejo.
Dada esta
interpretación de la ideología como una forma de alienación, una de las tareas
fundamentales de la filosofía será la de desenmascarar el supuesto carácter
objetivo de las descripciones ideológicas; la filosofía se concibe
esencialmente como filosofía crítica. Esto es lo que intenta hacer el marxismo,
por ejemplo, con su crítica a la religión y a la economía política clásica. Y
es también lo que lleva al marxismo a creer que una de las tareas más difíciles
será lograr en el proletariado una conciencia de clase pues, dado el control
que tiene la clase explotadora de las distintas formas de producción
espiritual, lo más probable es que el propio proletariado defienda ideas que no
le convienen, ideas que son las que a la clase dominante le interese que
piense. La superación definitiva de las ideologías sólo podrá realizarse con la
desaparición de la explotación del hombre por el hombre.
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