martes, 14 de junio de 2016

Ideología: Si sabemos que la prensa miente..., ¿por qué nos seguimos informando?

Si sabemos que la prensa miente..., ¿por qué nos seguimos informando?; o léase: si sabemos que la comida de Mc Donalds es pura chatarra, ¿por qué la consumimos igual? Si a la larga las marcas terminan en la misma confección de los mismos talleres clandestinos, ¿por qué nos empecinamos tanto en buscarlas y, lo que es peor, pagarlas? ¿Por qué lo negro es malo y lo blanco bueno? ¿Por qué la corrupción no afecta a los bancos y a los privados? ¿Por qué, por qué, por qué? Porque, indudablemente, opera la IDEOLOGÍA, los mecanismos ideológicos hacen que no veamos las cosas claras y lo que es más lamentable: que disfrutemos de ello... Por eso vale bien preguntar, como decía Muhammad Ali, ¿por qué Dios es blanco? 











Que se Entiende por Ideología
La expresión «falsa conciencia» (falscheBewutseins) es utilizada, no definida, por Marx y Engels en el contexto de sus análisis de las «ideologías», tal como ellos las entendieron (en oposición, por cierto, a como las entendía Desttut de Tracy): «La ideología es un proceso realizado conscientemente por el así llamado pensador, en efecto, pero con una conciencia falsa; por ello su carácter ideológico no se manifiesta inmediatamente, sino a través de un esfuerzo analítico y en el umbral de una nueva conyuntura histórica que permite comprender la naturaleza ilusoria del universo mental del período precedente» (Carta de Federico Engels a Mehring de 14 de junio de 1893). Carlos Marx entendió las ideologías como determinaciones particulares, propias (idiologias) de la conciencia, no como determinaciones universales, al modo de Desttut de Tracy. Y no sólo esto: particulares o propias, no ya de un individuo, sino de un grupo social (en términos de Bacon: idolafori, no idolaspecus). La gran transformación que Marx y Engels imprimieron al problema de las ideologías, consistió en haber puesto la temática de ellas en el contexto de la dialéctica de los procesos sociales e históricos, sacándolas del contexto abstracto, meramente subjetivo individual, dentro del cual eran tratadas por los «ideólogos» y, antes aún, por la «Teoría de las Ideas Trascendentales» de Manuel Kant. Las ideologías, según su concepto funcional, quedarán adscritas, desde Marx y Engels, no ya a una mente (o a una clase distributiva de mentes subjetivas), sino a una parte de la sociedad, en tanto se enfrenta a otras partes (sea para controlarlas, dentro del orden social, sea para desplazarlas de su posición dominante, sea simplemente para definir una situación de adaptación).
Lo que caracteriza, pues, la teoría de Marx y Engels, frente a otras teorías de las ideologías, es el haber tomado como «parámetros» suyos a las clases sociales («burguesía» frente al «proletariado»); pero también pueden tomarse como parámetros a otras formaciones o instituciones que forman parte de una sociedad política dada, profesiones (gremios, ejército, Iglesia). Es el sistema de representaciones del mundo (filosofía, religión, derecho, moral, arte) que utiliza la clase dominante para legitimar su posición privilegiada frente a las clases oprimidas. En sociología se llama ideología a todo conjunto más o menos sistemático de creencias que intentan explicar al hombre y el mundo, a la vez que orientar su conducta a partir de ciertos valores aceptados como correctos. En este sentido general, toda teoría del mundo es una ideología: lo es tanto el punto de vista reaccionario como el conservador, tanto el progresista como el radical (incluido el propio marxismo). En todas las sociedades encontramos teorías del mundo o ideologías puesto que, como señaló Engels, “todo lo que mueve a los hombres tiene que pasar necesariamente por sus cabezas”. Pero el marxismo añade a este concepto general las siguientes peculiaridades:
a)  entiende la ideología de un modo tan amplio que acaba identificando ideología con cultura; en la Crítica de la Economía Política nos dice Marx que la ideología abarca la filosofía, religión, derecho, moral, arte y (sugiere) hasta la misma ciencia;
b)  las ideologías no describen al hombre y su situación en el mundo y la sociedad de un modo correcto, sino de un modo deformado, falso;
c)  esa deformación en la descripción del hombre es consecuencia del interés de la clase dominante por mantenerse en su situación de dominio; como nos dice Marx en La Ideología Alemana: “las ideas de la clase dominante, son, en todas las épocas, las ideas dominantes”. La clase dominante dispone de los medios de producción material, pero también del control y producción de los bienes espirituales, de la producción de la cultura, por lo que las ideas que en una sociedad triunfen serán las que la clase dominante quiera que dominen;
d)  las ideologías son un “producto social”: los pensamientos de los hombres son conse­cuencia de la sociedad en que viven, particularmente del orden económico vigente;
e)  como resultado de la tesis anterior, las distintas formas de ideología (filosofía, religión, derecho, moral, arte) no tienen historia ni desarrollo propio; esto quiere decir, por ejemplo, que una historia de la filosofía que explique los distintos sistemas filosóficos a partir de los problemas y las soluciones que los filósofos han presentado (una historia “interna” de la filosofía) es una mala historia de la filosofía; la “buena” historia de la filosofía debe mostrar la relación entre los sistemas filosóficos que aparecen a lo largo de la historia y las circunstancias económicas de las que son un reflejo.

Dada esta interpretación de la ideología como una forma de alienación, una de las tareas fundamentales de la filosofía será la de desenmascarar el supuesto carácter objetivo de las descripciones ideológicas; la filosofía se concibe esencialmente como filosofía crítica. Esto es lo que intenta hacer el marxismo, por ejemplo, con su crítica a la religión y a la economía política clásica. Y es también lo que lleva al marxismo a creer que una de las tareas más difíciles será lograr en el proletariado una conciencia de clase pues, dado el control que tiene la clase explotadora de las distintas formas de producción espiritual, lo más probable es que el propio proletariado defienda ideas que no le convienen, ideas que son las que a la clase dominante le interese que piense. La superación definitiva de las ideologías sólo podrá realizarse con la desaparición de la explotación del hombre por el hombre.








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